El sector porcino español es un buen ejemplo, no solo por los grandes esfuerzos que ha hecho para adaptarse a las normas de seguridad alimentaria que cada día son más exigentes, sino también por su gran adaptación a las nuevas tecnologías.
Empresas ganaderas, mataderos y salas de despiece se han adaptado para poder ser competitivos en un sector en auge.
Los tres pilares de este sector han sido la calidad, seguridad y trazabilidad, objetivos sobre los que se sostiene la credibilidad y reputación.
Suministrar al cliente un producto seguro es primordial, y hacerlo además a un precio competitivo es todo un reto. Para ello es necesario cumplir con las normas de calidad, trazabilidad y seguridad.
El sistema de calidad debe contar con cuatro elementos básicos:
- Proveedores: Las empresas que entregan los cerdos deben quedar registradas y deben contar con un sistema que controle la fábrica de piensos y granjas.
- Industria cárnica: Se encarga de realizar el sacrifico y la producción. Deberá validar que todos sus procesos se llevan a cabo de manera adecuada. Debe tener acceso en tiempo real a todos los documentos sobre sus procesos, así, podrá comprobar en todo momento su correcto funcionamiento.
- Empresa de distribución o cliente: Suele ser quien establece las condiciones generales con las que desea asociar el producto, así, es quien decide si el producto cumple con la calidad. Los clientes deben ser rastreables en todo momento para saber e a qué consumidor ha llegado su producto.
- La entidad de control: Supervisa el sistema certificando, o no, que se cumple con las normativas exigidas al sector.
En cuanto a la seguridad se implementará un sistema en distintas fases dirigido al control de la cadena de producción.
De esta manera, se realizarán controles intermedios que se deben programar de forma coordinada para garantizar la máxima seguridad.
Tenemos diferentes elementos que certifican y hacen seguro el consumo de estos productos:
- Las empresas de suministros de genética: Adaptan las características de morfología y conformación de los animales a las necesidades del cliente.
- Los laboratorios de productos zoosanitarios: Minimizan los riesgos sanitarios en la cadena de producción.
Por último, hablaremos de la Trazabilidad, que en el sector porcino comenzó estando relacionado solo con la implementación de esquemas de reproducción y programas de salud y que ahora está relacionado con la traza de animales y sus productos a lo largo de la cadena alimentaria.
Antes, los cerdos se etiquetaban o tatuaban. En la actualidad se ha buscado identificar electrónicamente y utilizar el etiquetado inteligente que nos permite acceder a datos telemétricos que nos facilitan el camino en busca de la calidad.
Así, en caso de riesgo, la identificación nos permite rastrear el animal hasta la granja de origen y evitar así una posible propagación de enfermedades.
Poseer un buen sistema de trazabilidad nos permite que los procesos de fabricación y control sean de bajo coste, de fácil aplicación, accesibles en tiempo real, y modificables y adaptables.
